jueves, 29 de septiembre de 2011

Legado para las futuras generaciones de Mujeres: mercado de trabajo y autonomía económica

¿CUAL ES EL LEGADO PARA LAS FUTURAS GENERACIONES DE MUJERES ?
Carmen R. Ponce Meléndez

Para las mujeres del país la política laboral y económica de este Gobierno ha representado mayor pobreza y marginalidad social, debido a la precarización exacerbada que ha experimentado el mercado laboral; desde esta óptica su autonomía económica, sus derechos humanos están vulnerados, de tal forma que el futuro de las nuevas generaciones de mujeres es  incierto.  
Precariedad significa entre otras cosas: salarios miserables, segmentación laboral vertical y horizontal, brecha salarial, desempleo -en especial de las jóvenes-, discriminación laboral; radical caída de las prestaciones laborales, acompañada de una creciente informalidad que conlleva la exclusión social de ellas y sus familias.
SALARIOS
Durante el gobierno del Presidente Felipe Calderón los aumentos nominales a los salarios han oscilado entre el 3 y 4 por ciento, con el agravante de que en 2009 de cada cien empresas 36 congelaron sueldos y salarios; la pérdida del poder adquisitivo se puede apreciar claramente con los aumentos en los precios de los alimentos, tan sólo para agosto de 2011 registraron incrementos de 6.39 puntos porcentuales.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH-INEGI) 2008-2010, confirman la precariedad de los salarios. De cada diez pesos que ingresan en los hogares seis son laborales, ingresos que tuvieron un retroceso de diez años.
Entre 2008 y 2010 el ingreso promedio por hogar cayó 12 puntos porcentuales, resultando que el salario real de 2011 es menor al de 2007 y al 1994, un regresión de diecisiete años.
Diferencias considerables. Una trabajadora de California en ocho horas laborales gana un salario mínimo de 64 dólares, mientras que una trabajadora en México  para obtener ese ingreso requiere trabajar 116 horas (con el salario mínimo de la Zona A).
En esencia esa es la política de “competitividad” de este gobierno para atraer la inversión extranjera directa (IED), abaratar al máximo la mano de obra, a costa de la pobreza de millones de mujeres mexicanas.
DESEMPLEO FEMENINO
Gráfica 1

En la tercera semana de septiembre INEGI dio a conocer las cifras de desempleo para agosto 2011, la tasa de desocupación (TDA) fue de 5.79 y de 6.22 para las mujeres, a nivel nacional; sin embargo en el agregado urbano (32  ciudades), el desempleo femenino alcanzó la altísima cifra de 6.89 puntos.
Estos indicadores están por encima de los registrados en 2008 y significa que hay alrededor de 2 millones 885 mil personas desempleadas. En el ámbito regional la TDA es superior, Tamaulipas 9.0; Aguascalientes 7.7; Zacatecas 7.6 y Chihuahua 7.3, por lo consiguiente con altos niveles de  desocupación femenina.
Pero esta situación no es exclusiva de 2011, durante los últimos cinco años (2007-2011), la proporción de la PEA femenina desempleada supera a la tasa nacional y ha sido creciente, paso de 4.59 a 6.22 puntos; desempleo que se sufre a “capela”, con excepción del Distrito Federal donde existe seguro de desempleo (ver gráfica 1).
La precariedad de los empleos y de los salarios en las mujeres trabajadoras tiene mucho que ver con las jornadas laborales, según datos de ENOE-INEGI la tasa femenina de ocupación parcial y desocupación es de 16.27 en jóvenes de 20 a 29 años (porcentaje de la PEA que se encuentra desocupada, más la ocupada que trabaja menos de 15 horas).
En ese mismo rango de edad la tasa masculina es de 10.76, inferior a la femenina, pero sin duda ambas son muy elevadas, especialmente si se considera que es un grupo etario de alta productividad y de emigración (II trimestre 2011).
De acuerdo al reporte de INEGI en el segundo trimestre del año había 944 mil 422 mujeres desempleadas y durante los últimos cinco años (2007-2011) esta población ha tenido un crecimiento medio anual del 8 por ciento, lo suficientemente alto como para generar graves problemas en el tejido social.
Problemas que se acrecientan con el desempleo eventual o precario. Solamente durante enero-agosto del año el número de trabajadoras y trabajadores eventuales urbanos creció más de once veces, aumentó en 1.7 millones (pasó de 176 mil a 1.9 millones de personas). Cifras de los Criterios Generales de Política Económica 2012, SHCP.
El desempleo es de las jóvenes
Gráfica 2

Si incorporamos las variables edad y educación resulta que en el rango de 20 a 29 años y con nivel de educación medio superior y superior, la TDA es mucho más alta que la cifra nacional (ver gráfica 2).

La constante es que el desempleo femenino supera al masculino.
En el período analizado su nivel creció de 7.7 a 10.49 (2011); con el desempleo masculino lo que está sucediendo es que ha evolucionado con mucha rapidez, la industria de la Construcción sigue deprimida y Manufacturas trabaja por debajo de su capacidad instalada.
Sin duda el desempleo que se registra en los niveles altos de educación está íntimamente asociado al hecho de que la gran mayoría  de los empleos que se están generando no son calificados, se ubican en las micro, pequeñas y si acaso, empresas medianas.
Para muestra un botón, en el segundo trimestre de este año INEGI reporta 19.1 millones de personas trabajando en los micronegocios, de las cuales 7.6 millones son mujeres, mismas que están en la informalidad.
En contraparte, los empleos femeninos en las grandes empresas son de 1.3 millones y para el lapso analizado mantienen una tasa media de crecimiento anual negativa, del 1.5 por ciento. En general los empleos en las grandes empresas han disminuido, lo único que se ha incrementado es la subcontratación.   
Seis de cada diez mujeres desempleadas están entre los 14 y 24 años.
Gráfica 3
Para el período observado en el grupo etario femenino de 14 a 19 años se aprecia una situación similar, el desempleo abierto es muy alto, tanto para hombres como para mujeres, la TDA femenina creció de 7.35 a 10.23 para 2011 (ver gráfica 3), desde luego es superior a la masculina.
Es un grupo altamente vulnerable en lo social y en lo económico, su definición tiene que estar en la educación, evidentemente no cuentan con herramientas para enfrentar un mercado de trabajo, por tanto sus empleos son precarios y en la informalidad, buena parte de estos empleos debe considerarse como trabajo infantil ilegal.
Su tasa de ocupación parcial y desocupación es la más alta, 25.23 por ciento, subsecuentemente sus ingresos laborales están por debajo de la media (datos de ENOE-INEGI, II trimestre 2011).  
¿Qué sucede regionalmente?
Gráfica 4

Con cifras al segundo trimestre de 2007-2011 son siete los estados más afectados: Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Quintana Roo. El nivel de desempleo femenino en esas entidades supera a la media nacional y sus incrementos en el periodo analizado es muy grave (ver gráfica 4).
En el caso de Tamaulipas es del doble, o bien Baja California cuya TDA en mujeres repunto de 1.66 a 5.58 puntos (datos de ENOE-INEGI).
Con excepción de Tamaulipas en esos estados prácticamente no existía el desempleo femenino,  salvo Tabasco todos comparten el estar vinculados al modelo de desarrollo exportador del país, en especial en las maquiladoras o turismo, actividades que entraron en crisis a partir de 2008.
Otra de sus referencias compartidas son el alto grado de violencia y la ruptura del tejido social, violencia que padecen las mujeres de esas entidades en todas sus manifestaciones: familiar, comunitaria o laboral, desde una visión amplia violencia de género extrema, con feminicidios y descomposición del tejido social.
Los efectos económicos no se han hecho esperar, la geografía de la pobreza del país está cambiando y los estados del norte ven que en su población crece  aceleradamente la pobreza, caldo de cultivo muy propicio para la violencia.
En Baja California y para el lapso de estudio el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), que elabora CONEVAL, tuvo un crecimiento superior al 68 por ciento, -proporción de las personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con sus ingresos laborales-, para 2010 rebasó el 82 por ciento (datos 2007-2011, II trimestre).
Para ejemplificar, significa que si en 2007 había 200 personas que no podían adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral, para 2011 hay  un plus de 136 personas que en esa Entidad  están en esa condición, seguramente la mayoría son mujeres.

¿Causalidad?, lo precario del mercado laboral.

En este mismo período y conforme al reporte de CONEVAL este índice creció en todo el país 20.3 por ciento, algo así como que en cinco años se pasó de 50 millones de personas en pobreza laboral, a la cifra de 60.1 millones en esta condición.
En los últimos cuatro años la pobreza extrema o alimentaria pasó de 13.8 a 18.8 por ciento; el número total de pobres creció de 45.5 a 57.7, un plus de 12.2 millones de personas;  la población en condición de pobreza extrema aumentó de 14.7 a 21.2 millones, un crecimiento de 6.5 millones,  bastante considerable.
Según CONEVAL para 2010 en el país había 28 millones de personas que carecen de acceso a la alimentación, por lo consiguiente se puede afirmar que viven en condiciones de pobreza extrema, 4.2 millones más, respecto a 2008.

PARA CONCLUIR
El desempleo femenino supera al masculino, pero éste ha tenido saltos de crecimiento muy significativos en los últimos cinco años. En función del volumen de mujeres desempleadas el grupo más afectado son: 20 a 29 años, con instrucción media superior y superior (gráfica 2); sin embargo en estos años del gobierno de Felipe Calderón lo que evoluciono con mayor rapidez es la TDA de las jóvenes de 14 a 19 años (gráfica 3).
Regionalmente los estragos más importantes se ubican en: Tamaulipas, Baja California y Chihuahua (gráfica 4), por tanto es falso que los empleos perdidos en la crisis de 2009 ya se han recuperado, en virtud de que las actividades más afectadas son justamente las ligadas a la exportación, amén de los efectos que ha provocado la inseguridad y la extrema violencia que se vive en esas zonas del país.
La precarización del empleo, de los salarios y altos los niveles de desempleo son la verdadera causa de la pobreza en que están sumidas millones de mujeres y sus familias, resolverla implica forzosamente atender la problemática que hoy muestra el mercado laboral.
El diseño de una política para generar empleos debe contemplar a la población femenina joven como primera destinataria, al igual que la política social. Lo más elemental es fortalecer a micro, pequeña y mediana empresa; reconstruir el tejido social y lo que tantas veces se ha dicho: fortalecer el mercado interno. 
No basta con tener altas tasas de crecimiento económico, aunque desde luego es lo más deseable, es indispensable generar condiciones para modificar el actual modelo de mercado laboral que descansa en la informalidad con micronegocios, como la principal alternativa en el empleo.
En las condiciones actuales ¿cuál es el legado para las futuras generaciones de mujeres?, porque sin igualdad de género no hay desarrollo económico y la democracia no avanza.


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